Karma y Seva: Actitud y Servicio en la Vida Yóguica

Charla dada por el maestro Sri Dev Hansa Natha, Jorge Bidondo.


Cierra tus ojos y presta atención:
Realiza un puja con estas palabras:

  • Atma tuan: Tú eres atma (el alma).
  • Nirija mitij: La montaña es tu compañía.
  • Saha charan pranam: El prana es tu asistente.
  • Sarinam griham: El cuerpo es tu casa.
  • Puja te vijio va boga ra chanam: Tu ofrenda es el disfrute de la vida.

Ahora, abre tus ojos.
Swagatam, bienvenido.

Estas frases representan una declaración ancestral de nuestra tradición en Ayur Yoga Vital. La considero especial porque encapsula la esencia del Ayur Karma Yoga, algo que pocas veces se encuentra en enseñanzas comunes. En ella se nos invita a ofrecer nuestra vida como un disfrute consciente, como la mejor ofrenda a la divinidad y al universo.

Ayur Karma Yoga: Atalajar la Acción

La palabra karma significa acción, y yoga, en nuestro contexto, puede traducirse como atalajar: armonizar y alinear nuestras expresiones del ser. Estas expresiones se manifiestan a través de:

  1. El cuerpo físico: nuestra herramienta de acción.
  2. La mente racional: que clasifica y organiza.
  3. El cuerpo emocional: el centro de nuestros sentimientos y emociones.

Ayur Karma Yoga implica actuar desde esta alineación: con el cuerpo cuidado, la mente convencida de estar haciendo lo correcto, y el corazón disfrutando del proceso. Cuando logramos esta integración, nuestra acción se convierte en yoga: en unión, en coherencia, en plenitud.

En Occidente, tendemos a reducir el yoga a posturas físicas o momentos breves de meditación, pero el verdadero yoga es una actitud que nos acompaña 24 horas al día. Ser un yogui significa vivir en consciencia constante, incluso en tareas cotidianas como regar plantas o limpiar un espacio.

El Ego y el Ayur Karma Yoga

Hacer Ayur Karma Yoga muchas veces nos enfrenta a nuestro ego. Por ejemplo, durante mi práctica, se me asignó regar plantas repetidamente. Mi mente cuestionaba por qué no podía dedicarme a tareas “más importantes”. Sin embargo, aprendí que esa resistencia era una lección en humildad y desapego. El propósito no era solo regar plantas, sino trabajar con mi ego y transformarlo, alinear mis acciones con mi ser esencial.

El ego no es algo que debamos destruir, sino refinar, hasta que se convierta en un reflejo puro de nuestro atma (el alma). Solo así nuestras acciones pueden trascender el interés personal y alinearse con el dharma, el flujo natural del universo.

Seva: Servicio al Guru y a la Divinidad

El término seva se traduce comúnmente como servicio, pero va más allá. Tiene dos niveles principales:

  1. Servicio al Guru: El verdadero guru es nuestra propia conciencia, nuestra conexión con el alma. Para facilitar este proceso, el guru externo actúa como un espejo, reflejando nuestra verdad interior. Servir al guru externo nos entrena para reconocer y seguir al guru interno.
  2. Ser Co-Creadores con la Divinidad: En su sentido más profundo, seva significa “hacer con”. Es un acto en perfecta sincronía con el plan divino, donde la acción no genera reacción ni karma. Al entrar en este flujo, nos liberamos de las ataduras del samsara y alcanzamos la autorrealización.

El seva no es solo un acto físico; es un ejercicio de percepción y devoción. Al realizar cualquier tarea, debemos reconocer la divinidad en lo que hacemos, en los objetos con los que interactuamos y en nosotros mismos.

El Placer del Dharma

El ego alineado con el atma no busca placer superficial, sino que experimenta éxtasis, un estado de plenitud profundo. Este estado surge cuando nuestras acciones son dhármicas, es decir, cuando fluimos en armonía con el plan divino.

Cerrando el Círculo

Karma y Seva son prácticas que nos llevan a vivir en equilibrio, integrando cuerpo, mente y alma en cada acción. Ambas nos enseñan a trascender el ego, a servir con humildad y a encontrar el gozo en el aquí y ahora.

Dhanyavad (gracias). Espero que este aprendizaje resuene en su corazón.

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